“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón,escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. (Hebreos 11:24-26)”
Moisés se rehuso a gozar de los deleites temporales del pecado (vanidad y riquezas), porque sabia que mayor era la riqueza en Cristo. Moisés tenia la mirada puesta en el galardón.
En la vida queremos tener TODO, para supuestamente “vivir mejor”. Cuando se habla de “todo” es precisamente de aquellos deleites temporales que nos habla en el libro a los Hebreos, placeres del mundo, riquezas, lujos, queremos tener lo que el otro tiene (codicia) y la Biblia claramente nos especifica que estos son solo placeres por muy corto tiempo. Cuando nos habla de que son temporales, nos habla del tiempo pasajero, es decir, que no es duradero.
Moisés conocía estos deleites temporales y por eso puso su mirada más alla de lo que le ofrecían estos deleites, en algo superior a todas las cosas pasajeras.
Hay veces que ponemos nuestra mirada en algo pasajero y no nos damos cuenta de que Dios nos tiene algo mucho mejor y que perdurará por siempre. Tal como dice en el libro de Santiago
“Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. !!Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. (Santiago 4:2-6)”
Mantengamos nuestra mirada en el máximo galardón y no perdamos tiempo en algo que solo nos satisface por corto tiempo.