Muchas veces en nuestras vidas queremos entregarnos tanto a un determinado asunto que al final perdemos la atención a otras cosas que son esenciales para nosotros. Cuenta una historia de una araña quería tener una tela bien hermosa por donde caminar, sacrifico días sin comer, sin atender sus hijos y con pocas horas de sueño. La araña quería tener la mejor tela del lugar. Puso tanto empeño en ella que en poco tiempo pudo terminar la muy delicada y perfeccionada tela que jamás otra araña pudo tener. Cuando por fin, se sienta a descansar desde lejos, para ver su obra terminada se da cuenta de que ya no estaba allí porque habia sido destruida por la dueña de la casa de un escobazo.
Muchas veces somos como esta araña, nos entregamos completamente aquellos sueños que pueden ser derribados fácilmente. Por haberlo dado todo hemos descuidado lo que realmente en nosotros tiene gran valor. Jesús nos enseñó lo mismo “Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? (Mateo 6:25)”.
Es tiempo de darle valor a las cosas que son de Dios, porque su palabra dice “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” Esto no significa que vas a tener que abandonar tus sueños, sino que, vas en busca de DIOS y Él se encargará de darte LO MEJOR QUE UN HIJO PUEDE TENER.
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? (Mateo 6:26)
Dios les bendiga
Pastor Ronny Peña
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