Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar en juicio contra el pobre. Pero el generoso pensará generosidades, y por generosidades será exaltado. (Isaias 32: 7-8)La generosidad es el hábito del ser humano de dar y entender a los demás, la cual muchas veces pasamos por alto por el simple hecho de nos convertimos en seres capaces de decidir quien o no merece tal cosa.
Cuando hablamos de generosidad como un hábito debemos de entender que este debe de formar parte de nuestro comportamiento. Es decir, la generosidad es un estilo de vida, en donde queremos dar a otros sin la necesidad de tener que recibir nada a cambio. Simplemente ser generoso es amar a nuestro prójimo, por tal motivo Jesús dijo a sus discípulos “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” (Juan 13:35)
Muchas veces despreciamos a nuestro prójimo por el hecho de querer perseguir nuestras necesidades. Formamos nuestro círculo impenetrable con el objetivo de que nadie pueda tener acceder a nuestras pertenencias tanto físicas como espirituales. Sin embargo al ser generosos podemos conocer como el otro piensa, cuales son sus problemas, que le causa tristeza y todo pensamiento cambia cuando logramos descubrir los sentimientos de las otras personas.
Les invito a ver este video y reflexionar en el, tal y como dijo Albert Einstein “El mundo no está en peligro debido a las malas personas, sino por aquellas que no han hecho nada por mejorarlo”
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir. (Hechos 20:35)”
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